Lesiones Traumáticas
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¿Necesitas una cirugía reconstructiva de mano en Albacete? En nuestra clínica, contamos con especialistas altamente cualificados en el tratamiento de complicaciones como pseudoartrosis, consolidaciones viciosas y lesiones tendinosas. Ofrecemos soluciones personalizadas para cada paciente, con el objetivo de restablecer la funcionalidad y movilidad de tu mano.
Solicitar una citaLa pseudoartrosis de escafoides es la falta de consolidación de una fractura del escafoides, un hueso del carpo, lo que provoca dolor y pérdida de funcionalidad en la muñeca, llegando a un proceso degenerativo y artrosis. Es una complicación frecuente cuando no se diagnostica a tiempo o no se sigue el tratamiento adecuado.
El diagnóstico se realiza principalmente a través de radiografías y tomografía computarizada (TC) para evaluar la anatomía del hueso y resonancia magnética (RM) para valorar la vascularización del hueso.
La intervención quirúrgica está indicada cuando se ha confirmado una pseudoartrosis, pues si lo dejamos avanzar, habrá colapso de la muñeca, deformidad del escafoides y degeneración articular.
Existen varias técnicas quirúrgicas según el tipo y la gravedad de la pseudoartrosis. En nuestra clínica optamos por hacerlo de forma artroscópica para minimizar las complicaciones de la cirugía. Es preciso usar injerto de hueso obtenido del propio paciente. En casos más severos es necesario un abordaje abierto y el uso de injertos libres o vascularizados, dependiendo de si hay afectación de la vascularización del hueso.
El objetivo es restaurar la anatomía y funcionalidad del escafoides para prevenir la degeneración de la muñeca y el desarrollo de artrosis. Cuando el hueso es viable, se consigue la consolidación en la mayoría de los pacientes, con buenos resultados funcionales.
La recuperación incluye inmovilización con férulas durante 2 semanas y posteriormente fisioterapia para restaurar la movilidad y fuerza en la muñeca. La rehabilitación es clave para optimizar los resultados quirúrgicos.
Las consolidaciones viciosas (maluniones) del radio distal ocurren cuando una fractura no sana en la alineación adecuada. Esto puede causar deformidades que afectan la función de la muñeca, provocando dolor, rigidez y limitaciones en el movimiento. La osteotomía correctora es el tratamiento estándar para realinear los huesos y restaurar la funcionalidad.
El diagnóstico incluye radiografías y tomografías computarizadas (TC) para identificar la deformidad y evaluar la articulación radiocubital distal. Es fundamental determinar si hay subluxación del carpo, inestabilidad o problemas intraarticulares. La planificación preoperatoria es crucial para una corrección precisa de la deformidad.
La cirugía es recomendada cuando la mala consolidación afecta a la funcionalidad de la muñeca. Si el paciente tiene dolor y pérdida de fuerza, a lo que se le puede sumar una limitación de la movilidad, estaría indicada realizar una cirugía para corregir la deformidad. La corrección temprana mejora los resultados funcionales y permite una recuperación más rápida.
Utilizamos osteotomías correctoras con placas para realinear el hueso. En algunos casos, es necesario colocar injertos óseos. Cada caso se trata de manera individualizada, y con el estudio de la fractura creamos guías de corte con impresora en 3D que nos permite realizar el corte con la máxima precisión para conseguir la alineación más anatómica posible.
Con una osteotomía bien planificada y ejecutada, se logra una corrección adecuada de la deformidad, restaurando la función de la muñeca y mejorando la calidad de vida. La cirugía reduce significativamente el dolor y la rigidez, permitiendo al paciente retomar sus actividades diarias con menos limitaciones.
Con ayuda de fisioterapia y terapia ocupacional se optimiza la recuperación y se evitan complicaciones como la rigidez o la no consolidación y se mejora el rango articular y la fuerza. Es importante evitar sobrecargas tempranas.
La cirugía secundaria de los tendones flexores se aplica cuando la reparación primaria no es posible o ha fallado, o cuando se produce una rotura secundaria. Este tipo de cirugía puede incluir desde suturas diferidas hasta procedimientos más complejos como la tenolisis o el injerto tendinoso, dependiendo del tipo de lesión y el estado del tejido circundante.
Para saber si una cirugía de sutura de flexor ha fracasado, se realiza una evaluación clínica y exploración del dedo afectado. Si el paciente presenta limitación significativa de movimiento, especialmente discrepancia entre el movimiento activo y pasivo, podría ser necesario intervenir nuevamente. Las pruebas de imagen como la ecografía o la resonancia magnética pueden ser útiles para evaluar la condición del tendón y el tejido circundante.
La cirugía secundaria es necesaria si la reparación primaria no es viable, si se ha producido una rotura secundaria, o si existen adherencias que limitan la movilidad del dedo. Es importante valorar individualmente a cada paciente en función del tendón afectado, la zona y las expectativas de cada uno. El injerto tendinoso se indica cuando hay pérdida significativa de sustancia tendinosa o cuando la retracción del tendón es considerable. Los procedimientos secundarios suelen realizarse mediante dos cirugías separadas en unos meses cuando el canal de deslizamiento no está en condiciones óptimas.
Las técnicas quirúrgicas en la cirugía secundaria incluyen:
La cirugía secundaria puede restaurar la función de la mano, aunque siempre existe la posibilidad de cierta rigidez o pérdida parcial de movimiento, dependiendo de la gravedad de la lesión inicial y el tiempo hasta que se realiza la cirugía de rescate.
La recuperación de la cirugía secundaria de tendones requiere un manejo postoperatorio cuidadoso, con rehabilitación precoz para evitar la formación de nuevas adherencias. En el caso de un injerto en dos tiempos, es crucial la movilización pasiva entre la primera y segunda cirugía, y tras el segundo tiempo, seguir un programa de fisioterapia controlada para asegurar el correcto deslizamiento del nuevo tendón.
La transferencia tendinosa es una técnica quirúrgica en la que se reubica un tendón sano para reemplazar la función de un tendón dañado o paralizado. Se utiliza comúnmente para restaurar el movimiento en casos de lesiones nerviosas o tendinosas graves.
Llegaremos al diagnóstico mediante una evaluación clínica y pruebas funcionales que confirmen la pérdida de función tendinosa. En algunos casos, se usan estudios de imagen y pruebas de conducción nerviosa para valorar los nervios afectados.
La cirugía está indicada cuando la pérdida de función es irreversible y no puede ser restaurada con otras técnicas, o cuando el paciente necesita recuperar la movilidad para mejorar su calidad de vida.
En la cirugía, reubicamos un tendón cercano que sigue siendo funcional para asumir la función del tendón lesionado. Se planea cuidadosamente según las necesidades de movimiento de cada paciente.
La transferencia tendinosa suele mejorar de forma significativa la función perdida, permitiendo al paciente recuperar movimientos clave. El éxito depende de la técnica y la rehabilitación postoperatoria.
La recuperación requiere fisioterapia intensiva para reaprender el uso del tendón transferido y optimizar los movimientos. Generalmente, se necesitan varios meses para lograr una funcionalidad completa y satisfactoria.
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