Lesiones Traumáticas
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¿Sufres de dolor, rigidez y dificultad para mover los dedos o la muñeca? Podrías tener artrosis. En nuestra clínica en Albacete, diagnosticamos y tratamos diferentes tipos de artrosis, como la artrosis de dedos, muñeca y rizartrosis. Ofrecemos soluciones personalizadas para aliviar el dolor y mejorar tu calidad de vida.
Solicitar una citaLa artrosis de los dedos es una degeneración del cartílago en las articulaciones de los dedos, lo que provoca dolor, rigidez y deformidad. Es una afección común en personas mayores y puede afectar la movilidad.
El diagnóstico se realiza mediante la evaluación clínica, observando síntomas como dolor, rigidez e incluso deformidad. Se confirma con radiografías que muestran la pérdida de espacio articular, osteofitos y geodas.
La cirugía se considera cuando los tratamientos conservadores (medicación, fisioterapia) no alivian el dolor, o si la deformidad y la pérdida de función son significativas.
Dependiendo del caso y de la articulación, podemos sustituir la articulación por una prótesis, o fusionar la misma mediante artrodesis, para aliviar el dolor y mejorar la función de los dedos.
La cirugía ofrece un alivio significativo del dolor y mejora la función en la mayoría de los pacientes. En el caso de la fusión, se elimina el movimiento doloroso, mientras que en el reemplazo, se preserva cierta movilidad.
La recuperación puede durar varias semanas, con rehabilitación posterior para mejorar la función. En la mayoría de los casos, se logra aliviar el dolor, aunque puede persistir cierta rigidez.
La artrosis de muñeca es el desgaste del cartílago que cubre las articulaciones de la muñeca, lo que provoca dolor, rigidez y limitación de movimiento. Suele ser causada por fracturas previas, lesiones ligamentosas o un proceso degenerativo en pacientes más mayores.
El paciente tendrá dolor en la muñeca con inflamación, así como limitación de la movilidad. También notará pérdida de fuerza y dolor al agarrar objetos. El diagnóstico de artrosis se puede confirmar a través de la exploración física y radiografías que muestran el desgaste del cartílago, la reducción del espacio articular y el desplazamiento de los huesos afectados.
La cirugía es necesaria cuando el dolor y la rigidez no mejoran con tratamientos conservadores, o cuando la artrosis afecta significativamente la funcionalidad de la muñeca.
Dependiendo del grado de artrosis y de las necesidades del paciente, podemos optar por la implantación de una prótesis para eliminar el dolor y mantener la movilidad de la muñeca, o realizar una artrodesis (fusión de la muñeca), que también eliminará el dolor.
La cirugía reduce el dolor de manera significativa y mejora la función en la mayoría de los casos. En la artrodesis, se elimina el movimiento doloroso, mientras que la prótesis permite mantener la movilidad de la muñeca.
La recuperación varía según la técnica utilizada, pero puede llevar varios meses. Es importante realizar rehabilitación para recuperar fuerza y movilidad. La mayoría de los pacientes experimenta una mejora notable en el dolor y la función.
La rizartrosis es una artrosis que afecta la articulación trapeciometacarpiana en la base del pulgar. Se manifiesta principalmente con dolor, pérdida de fuerza de pinza y limitaciones en actividades diarias, debido al desgaste del cartílago articular. Es una de las artrosis más frecuentes del cuerpo humano, predominantemente en mujeres.
El diagnóstico se basa en la evaluación clínica del dolor y la funcionalidad del pulgar, junto con radiografías que muestran el grado de desgaste articular. En casos avanzados, se observa deformidad de la articulación.
La cirugía se recomienda cuando el tratamiento conservador (ortesis, ejercicios específicos, fisioterapia…) no alivia el dolor ni mejora la funcionalidad. En casos de afectación severa o persistente, la intervención quirúrgica es necesaria.
Depende principalmente de la gravedad de cada caso. En pacientes con rizartrosis leves, se realiza artroscopia. En pacientes con artrosis más avanzadas, las prótesis trapeciometacarpianas han demostrado ser una solución ideal, restaurando la movilidad del pulgar y recuperando la fuerza de pinza del mismo, eliminando por supuesto el dolor.
La cirugía reduce significativamente el dolor y mejora la funcionalidad del pulgar. La mayoría de los pacientes intervenidos quedan libres de dolor y pueden volver a sus actividades diarias recuperando la fuerza y movilidad.
Tras la implantación de una prótesis, el paciente llevará un vendaje durante 2 semanas, para posteriormente comenzar la rehabilitación, centrada en ganar movilidad del pulgar y fuerza. En caso de artroscopia o artroplastia con injerto tendinoso, la recuperación incluye inmovilización durante dos semanas, seguida de rehabilitación.
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