Lesiones Traumáticas
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¿Sufres de dolor, entumecimiento y debilidad en la mano? Podrías tener síndrome del túnel carpiano o compresión del nervio cubital. En nuestra clínica en Albacete, diagnosticamos y tratamos estas neuropatías de forma personalizada, ofreciéndote soluciones efectivas para recuperar la funcionalidad de tu mano y mejorar tu calidad de vida.
Solicitar una citaEl síndrome del túnel carpiano es una compresión del nervio mediano en el canal carpiano, ubicado en la muñeca. Esta neuropatía es la más frecuente en las extremidades superiores y provoca síntomas como dolor, entumecimiento y debilidad en la mano, afectando la capacidad funcional de la misma. Además tiene un predominio nocturno, impidiendo el descanso durante gran parte de la noche.
El diagnóstico se basa en una combinación de historia clínica, exploración física y pruebas de provocación, que producen la sensación de entumecimiento y calambres en la región del nervio mediano, que comprende el primer, segundo, tercero y mitad del cuarto dedo de la mano. Los estudios electrodiagnósticos confirman la compresión nerviosa, evaluando la velocidad de conducción y la gravedad de la afectación neurológica.
La cirugía es recomendable cuando los síntomas persisten a pesar de tratamientos conservadores o si el daño nervioso comienza a afectar la función de la mano, generando pérdida de fuerza o sensibilidad, lo cual podría ser irreversible si no se interviene.
Realizamos una liberación del nervio mediano mediante una incisión en la palma, dividiendo el retináculo flexor. Esto alivia la presión sobre el nervio. Dependiendo del caso, se puede optar por un abordaje a cielo abierto o endoscópico, siendo ambos efectivos.
La mayoría de los pacientes experimentan una mejora significativa en el alivio del dolor y la recuperación de la función de la mano. Sin embargo, la recuperación de la sensibilidad puede variar, especialmente en casos donde la compresión ha sido prolongada o severa.
La recuperación es rápida, no precisa inmovilización y el paciente podrá hacer prácticamente sus actividades diarias casi desde el inicio, excepto las que requieran usar fuerza. En la mayoría de los casos, los pacientes pueden retomar sus actividades normales en pocas semanas.
La compresión del nervio cubital en el codo ocurre en un túnel osteo-fibroso llamado túnel cubital, generando síntomas como debilidad, entumecimiento y pérdida de fuerza en el brazo y mano, afectando principalmente el dedo meñique y el anular. Es una neuropatía común que puede requerir tratamiento quirúrgico.
El diagnóstico incluye exploración clínica para detectar pérdida de sensibilidad y fuerza en la mano, centrándose en el dedo meñique y anular. También se emplean estudios de electromiografía (EMG), ya que el nervio puede estar atrapado en el codo o en la muñeca. En la muñeca puede ser necesario realizar ecografías o resonancias para evaluar el nervio y descartar anomalías óseas o gangliones que compriman al nervio.
Se recomienda cirugía cuando la compresión provoca síntomas persistentes que afectan la función de la mano o hay evidencia de daño nervioso, como pérdida de fuerza o atrofia muscular. La intervención está también indicada si los tratamientos conservadores no logran aliviar la presión sobre el nervio.
La técnica más frecuente es la liberación del nervio cubital, cortando el ligamento epitrócleo-olecraneano. En casos más complejos, puede requerirse una transposición anterior del nervio, moviéndolo hacia una posición más segura, aunque normalmente no es necesario. Si el atrapamiento está en la muñeca, hay que liberar el nervio abriendo el canal de Guyon.
Los resultados suelen ser muy satisfactorios, especialmente cuando se actúa antes de que el nervio esté gravemente afectado. La cirugía alivia la presión sobre el nervio y previene daños adicionales, permitiendo la recuperación de la sensibilidad y fuerza en la mayoría de los casos.
La recuperación incluye reposo inicial, seguido de rehabilitación progresiva para recuperar fuerza y movilidad. Los pacientes suelen reanudar actividades en semanas, aunque la cicatrización completa y la recuperación funcional plena puede llevar varios meses, especialmente si el daño previo fue significativo.
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